Derecho Comercial

La diferencia entre un contrato común y un título ejecutivo: lo que usted como empresario debe saber.

Imagen tomada de la web

 

En Colombia, muchos contratos se firman con confianza, pero pocos se redactan con visión legal.

 

Y cuando el cliente no paga, esa diferencia puede costarle a su empresa más de lo que imagina.

 

¿Por qué es importante distinguir entre contrato común y título ejecutivo?

 

En términos jurídicos, no todo contrato firmado es automáticamente cobrable por la vía judicial más rápida. Aunque esté firmado, notariado y digitalizado, si el documento no cumple ciertos requisitos legales, no podrá usarse para iniciar un proceso ejecutivo de cobro inmediato.

 

En ese escenario, su empresa se verá obligada a recurrir a una demanda ordinaria, que puede significar meses o incluso años de litigio, pruebas y desgaste.

 

¿Qué es un contrato común?

 

Es un acuerdo entre partes, con obligaciones y condiciones pactadas.

 

Pero si se presenta un incumplimiento, este tipo de contrato no habilita directamente el proceso ejecutivo, sino que exige acudir a un proceso ordinario. Esto implica un litigio completo para demostrar el derecho a cobrar, lo que retrasa cualquier acción efectiva.

 

¿Y qué es un contrato con mérito ejecutivo?

 

Es un contrato redactado bajo ciertos lineamientos jurídicos que lo convierten en un instrumento válido para iniciar directamente un proceso ejecutivo. En este tipo de procesos, el juez no discute si la deuda existe: simplemente ordena el pago y puede incluso decretar embargos desde el inicio del trámite.

 

¿Qué debe tener un contrato para ser título ejecutivo?

 

Según el Código General del Proceso y la jurisprudencia colombiana, un contrato debe cumplir al menos con estas condiciones para tener mérito ejecutivo:

 

  • Incluir una obligación clara, expresa y exigible de pagar una suma de dinero.
  • Estar firmado por el deudor.
  • Señalar fechas y condiciones de pago.
  • Incluir cláusulas de mora o consecuencias del incumplimiento.
  • Evitar ambigüedades y no depender de documentos anexos no firmados.

 

Ejemplo práctico:

 

Un contrato de prestación de servicios que dice:

 

“El cliente se compromete a pagar $10.000.000 en dos cuotas: el 10 y el 30 de junio”, firmado por ambas partes, puede ser utilizado como título ejecutivo.

 

Pero si el contrato solo dice:

 

“El cliente pagará un valor a convenir”, no sirve como base para un proceso de cobro judicial.

 

¿Por qué esto importa para su empresa?

 

Porque el éxito de un cobro jurídico comienza mucho antes del incumplimiento: comienza al redactar el contrato.

 

Un contrato mal formulado puede convertirse en una traba. Uno bien hecho puede convertirse en una herramienta de protección legal y financiera.

 

Redactar sus contratos con visión jurídica le permitirá:

 

  • Proteger su flujo de caja
  • Agilizar la recuperación de cartera
  • Transmitir confianza y profesionalismo
  • Evitar procesos judiciales prolongados

 

En SIE Jurídicos le ayudamos a blindar sus contratos

 

En nuestra firma acompañamos a empresas en la revisión, redacción y ajuste de sus contratos, para que estos no solo acuerden, sino también respalden jurídicamente su operación.

 

Si quiere saber si sus contratos cumplen con estos requisitos, contáctenos.

 

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